Bienvenida a la Primavera!!!

Los cambios de estación son resultado de la inclinación del eje de rotación de la Tierra con respecto a su órbita alrededor del Sol, provocando la variación en la duración del día y la noche así como de la radiación solar recibida.
Lo único notable para cualquier persona del inicio de la primavera, es la aproximada igualdad en la duración del día y la noche. En invierno, las noches eran de mayor duración que los días.
En México la mayoría de las personas esperan la primavera el 21 de marzo, ya que en la escuela se enseñaba la coincidencia del inicio de esta estación con el natalicio de Benito Juárez.
Sin embargo, la última ocasión que la primavera ocurrió un 21 de marzo fue el año 1967. A partir de 1968 la primavera se ha dado el 20 de marzo.



Cada año, el comienzo de la primavera está asociado con un nuevo ciclo, una renovación. Derivado de esto, es común ver que mucha gente acude a ciertos sitios arqueológicos para “recargarse” de energía.

Sin embargo, las multitudes que se congregan para recibir energía primaveral tienen efectos colaterales que se olvidan ante el entusiasmo y la prisa por llegar primero a colocarse en las aristas energéticas de sitios prehispánicos tradicionalmente asociados con el sol y los equinoccios, como son Teotihuacan, Palenque, Chichén Itzá y Cuicuilco.




La concentración de multitudes frecuentemente implica que en el punto de reunión se acumule una gran cantidad de basura, además de desechos orgánicos por la falta de capacidad de los servicios sanitarios y de conciencia. Adicional a lo anterior, aún más lamentable es que se dañe el patrimonio cultural, además del maltrato hacia el entorno.

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